INSIGNIFICANTES



"Era una reunión pequeña en un cuarto angosto" Franz Kafka


Era una mínima porción de gente, en una reu-nión pequeña, de diminutas perspectivas. En un cuarto angosto, de una casa chica, en un insig-nificante barrio, de una minúscula ciudad, en un ínfimo país.

Solo se bebía, jamás comían, apenas té. Ni música podía invadir la noche, sería un exceso de sonido, no se adecuaba a las reglas; con las susurrantes voces, suficiente. Un pájaro cul-pable, los sobrevolaba. El aletear los alteraba, demasiado ruido, excesivo bullicio para tan poca cosa, como eran ellos.

Por primera vez un imprevisto. Se desestruc-turaron, para mejor o peor, pero al fin hubo un cambio. Todo gracias o por culpa de aquel pá-jaro, un cuervo. Y todo recuperó vida, la alegría tironeaba con la realidad para apropiarse del agrio presente. Como una gran pelota de nieve se acrecentaba el entusiasmo. Los acostum-brados compases sórdidos pasaban a ser aniña-dos griteríos desprolijos. El ave aprovechaba y hundía el pico en las vacías tazas de té. Ellos, los presentes, ya no se ocupaban más de él. Solo se divertían como nunca, cantaban y reían.

Y la minúscula porción de gente parecía dupli-carse. Y la reunión ya no fue pequeña, las pers-pectivas se alargaban, ocuparían al menos toda esa noche. No importaba ya que tan angosto era el cuarto o chica la casa, ni el barrio parecía tan insignificante, ni la ciudad tan minúscula, ni ínfimo el país. Solo había que animarse, una excusa para desestructurarse. Entonces todo cobró importancia. Cuando llega una justifica-ción, la próxima suele aprontarse rápido, pre-textos eran todo lo necesario para tener más ánimo.

1 comentario:

  1. Interesante.
    Cuando tenga un poco de tiempo seguiré leyendo cuentitos tuyos.

    Saludos.

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